Una sinfonía de cartas de amor de Dios

Anita Helm
Una sinfonía de cartas de amor de Dios
Eres hermosa, hermosa desde la primera formación en el vientre de tu madre. Una de mis muchas obras maestras hechas de polvo y arcilla. Esparcí Mi imagen en los pliegues de tu rostro, en tus huesos y tendones derramé Mi gracia y Misericordia.
No te he enviado rosas ni margaritas hoy porque hay tantas flores que mi amor arreglaría para ti. Te recuerdo que cuando se trata de ti, Oh Tú Especial –sabes que ERES amado- recuerda que no debes preocuparte en ningún momento del día ni de la noche. He arreglado los campos de lirios tan grandiosos que ni siquiera Salomón en todo su esplendor puede compararse. Yo, el SEÑOR he vestido los pétalos como un recordatorio de Mi belleza, Mi Grandeza y Poder para que sepas que siempre eres más importante que todos ellos. Te he dado la belleza de Mi vara moldeadora. Una vara que se encontró con tu carne con una ternura de amor y suavidad de culito de bebé. Ustedes son mis bebés. Jesucristo, el amor de Mi Eternidad, Mi Hijo amado ha pasado voluntariamente a través de 42 generaciones para asumir la mortalidad, manteniendo la Deidad para que supieras lo maravilloso que eres. No hay caramelo endulzado, trufa rara o toffee derretido que pueda derretir el corazón que ÉL tiene y tendrá por siempre hacia ti. Él es más dulce que la miel del panal por su amor devoto y su compromiso con tu salvación. Tú eres el amor de Su vida. Él dio Su vida por ti, oh oyente de mi voz.
Dulce hijo del Dios Altísimo, nunca pienses que no eres amado ni digno de ser amado. Yo te amo, el Hijo ama, el Gran Consolador te ama. Estamos enamorados de ti hoy, mañana y siempre. Que las sesenta y seis letras de amor de las Sagradas Escrituras canten las armonías del amor eterno de Mi Hijo por ti. Escucha con el oído para oír Su amor, Su verdad y el cariño que resuena a través de la eternidad.
Porque yo, el Padre, tanto os amé que os di a mi Hijo único, la joya más preciosa que ninguna tienda podría vender. Buscadme primero como el Amor que os amará siempre desde esta vida hasta la eterna venidera.
Padre, Hijo y Espíritu Santo: Que puedas descansar, gobernar y permanecer desde este día y todos los días en adelante.
Anita
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